Nuestra segunda jornada en Sitges fue algo más ligera que la
primera, con solo 3 películas. Pero es que una de ellas la protagonizaba Noomi
Rapace, y otra… ¡Godzilla!
BUM.
En Rupture, Noomi Rapace interpreta a una anodina
ama de casa, que debe lidiar con criar sola un adolescente. No parece un
planteamiento muy interesante, ¿verdad? Y lo cierto es que la presentación del
personaje se hace bastante tedioso hasta que, tras dejar a su hijo con su
padre, con quien comparte la custodia, el personaje que interpreta la
protagonista de Prometheus y The Girl with the Dragon Tattoo es secuestrado en
una acción perfectamente organizada por un grupo de 5 personas, que la meten en
la parte trasera de un camión, y tras narcotizarla la llevan en una
localización desconocida, en la que se verá sometida a una serie de torturas
con objetivo desconocido.
La película tampoco da mucho más de sí, y más allá de Noomi Rapace, hay que lamentar que se
desaprovecha totalmente la participación en la película de Michael Chiklis (The Shield) y el siempre inquietante rostro de Peter Stormare (Fargo).
Al final se queda en una película de bajo presupuesto, con
un misterio cuya resolución resulta de lo más trillada, y que a pesar de tener
algunas escenas algo angustiosas, no me parece que llegue a levantar el vuelo
para ser algo más que una película de terror más, que podría ser rápidamente
olvidad si no fuera por la presencia de la actriz principal.
Esta es una propuesta bastante poco común. Resulta ser un
film de animación mezclado con imágenes de archivo, y entrevistas con los
protagonistas, en la que se narran los hechos reales acaecidos en la universidad
de Austin (Texas) el 1 de Agosto de 1966.
Aquel día, un francotirador se situó en lo alto de la torre
del reloj que domina el campus de la universidad, y se dedicó a disparar
indiscriminadamente a la gente durante varias horas, hasta que finalmente fue
abatido por agentes de policías. Fue la primera masacre de este tipo, y por
desgracia muchas otras la siguieron, particularmente durante la última década,
como bien sabemos.
De hecho, al final de la película precisamente se intenta
contrastar el shock que supuso aquel hecho para los supervivientes, y cómo no
estaban preparados para afrontar el horror al que se vieron sometidos,
completamente inimaginable para ellos; mientras que hoy día son unos hechos a
los que estamos lamentablemente muy acostumbrados.
Es un film de tipo documental con una presentación original,
aunque con un ritmo tal vez excesivamente lento, que puede hacerlo algo pesado.
Después de dos versiones americanas, y tras varias décadas
sin una revisión japonesa, ¿quién puede resistirse a ver el reboot de este personaje clásico de las
películas de monstruos y de catástrofes? ¿Tal vez el primer exponente de peli
de monstruo destructor?
El planteamiento de Shin-Godzilla
consiste en ser respetuosos al máximo con el espíritu y la propuesta
originales y el monstruo, si bien está realizado mediante
animación por ordenador, recuerda enormemente al original, hasta el punto que uno
se pregunta que, ya puestos, podrían igualmente haber puesto un señor dentro de
un traje de goma porque el resultado, al menos en cuanto a textura, es muy
parecido.
La película parte de cero, con las autoridades sorprendidas
por los primeros indicios de que algo gordo se mueve bajo la superficie de la
bahía de Tokio, y más tarde intentando pergeñar un plan de acción una vez se
revele la magnitud del desastre al que se enfrentan.
Para mi gusto la película sufre, como ya apunté en el post
anterior al hablar de The Age of Shadows,
de ese ritmo diferente del cine oriental, que a mí me hace salirme de la
película.
Fuera de eso, la escena central con Godzilla destruyendo la ciudad en plena noche, con coloridos rayos
destructores y explosiones por doquier, es sencillamente adorable.
No deja de ser una curiosidad que no revoluciona nada, pero Shin-Godzilla resulta un título
imprescindible para los aficionados al género, que da exactamente aquello que
se espera de ella: un reboot en
condiciones que respeta el original, trayéndolo a nuestros días con las mejores
tecnologías a disposición de la propuesta.
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