¡Feliz Big Culo Day!
¿Qué puedo explicar aún del Big Culo Day? Quien tenga alguna duda de qué es esto, puede acudir a nuestras entradas de los años anteriores y
sus dudas quedarán despejadas.
El año pasado dedicamos el Big Culo Day a la figura de la
Princesa Diana, la Wonder Woman de DC. Y este año lo dedicamos a una reina.
Concretamente a la reina de Wakanda: Tormenta,
de los X-Men.
Pero nos vamos a remontar muchos años y muchos tebeos atrás. A una época en la que Tormenta ni era reina ni podía imaginar que algún día lo
sería. Concretamente, nos retrotraemos al Uncanny X-Men #186, con fecha de
portada Octubre de 1984.
Es un número bastante particular, como ahora
veremos, pero si me refiero al mismo, aparte de ser protagonizado por Tormenta,
es porque se trata del primer tebeo de los X-Men que cayó jamás en mis manos, y
a través del cual se inició una afición primero a los tebeos de superhéroes, y
luego al cómic en general, que perdura hasta hoy.
Recuerdo que acudí a
mi quiosco de referencia en busca de algún tebeo con el que pasar la tarde
(efectivamente, jóvenes: antes los tebeos se compraban en los quioscos), pero
no había novedades entre mis lecturas habituales, que en aquella época
oscilaban entre Don Miki (sic), Mortadelo y Filemón, Bruguelandia, y similares.
Pero ya debía ser yo algo mayorcito, aún inocente pero menos ingenuo, porque estas
lecturas ya apenas satisfacían mi interés. Seguramente es por eso que decidí
probar otra cosa, y escogí un tebeo con una portada para nada llamativa.
Mientras escribo estas líneas tengo ante mí esa reliquia personal:
nº 34 de La Patrulla-X publicada por Comics Forum. 140 pesetas (que es la
moneda que se usaba antes del euro, jóvenes, y ahora equivaldría, sin
considerar la inflación, a 84 céntimos), PVP Canarias, Ceuta y Melilla 135
ptas. Aparece en la portada un hombre en pie cuya cabeza resalta por encima del
título, que sostiene un bastón a su espalda, y en el que destaca una pierna
metálica. Tiene un enorme parecido a Freddy Mercury, con un bigotillo partido y
el pelo corto. Junto a él, una mujer sentada en el suelo al estilo japonés, con
la espalda bien erguida, en la que destaca el pelo afeitado a excepción de una
cresta estilo mohicano de color blanco, y que mira directamente al lector
desafiantemente. Dos rótulos rezan: “Muerte Viva una historia de amor” y “Un nuevo reto para una Tormenta desnuda”.
No es lo que se diría la típica portada de los X-Men, con
los superhéroes disparando rayos a unos enemigos grotescos que se abalanzan
sobre ellos.
Y si bien incluye algunas escenas de acción, tampoco la
historia del interior es la típica historia de los X-Men o de superhéroes en
general, dado que hay mucha reflexión e introspección de los personajes.
Pero lo más importante de este comic es que se trata de la
primera, y una de las pocas, colaboraciones del extraordinario artista Barry
Windsor-Smith con los superhéroes de Marvel Comics.
Esta historia, “Muerte Viva” (“Life Death”, en el original)
representa un nuevo punto de inflexión en la personalidad de Tormenta, la que
fuera uno de los miembros de la llamada Nueva Patrulla X, relanzada por Chris
Claremont y Dave Cockrum primero, en 1975, y John Byrne después, en lo que
supuso el impulso que ha llevado a que en nuestros días tengamos docenas de
títulos dedicados a los llamados “mutantes” de Marvel Comics.
Originalmente, tal como se explicó en las primeras historias
en que apareció, Tormenta era una joven africana a la que reclutó Charles
Xavier, retándola a salir de su zona de confort y conocer y participar del
mundo. Su personalidad era muy ingenua, y a menudo se confrontaba con ciertos
prejuicios y manierismos de la sociedad occidental, a los que era ajena, y a
los que debía ir acostumbrándose. Los autores lo mostraron humorísticamente en
varias ocasiones cuando aparecía desnuda ante sus compañeros, sin entender el
motivo de su exaltación. Y más tarde, ahondando un poco en esa personalidad
sencilla, sorprendiéndose de las desigualdades sociales.
Más adelante, de forma magistral, Chris Claremont fue
profundizando en la personalidad de Tormenta, dando signos constantemente de
que bajo es ingenuidad se escondía una mujer independiente y con carácter, que
no dudaba en censurar abiertamente la violencia de su compañero Wolverine, y de
mostrarse inflexible en evitar la muerte incluso de los criminales más peligrosos.
No en vano, en su África natal había sido venerada como una diosa, y sus poderes
le daban una capacidad física suficiente no solo para oponerse a la agresividad
de los otros, sino incluso para someter a sus enemigos, de ser necesario.
En el número #173, Septiembre de 1983, en una visita que
realiza con sus compañeros a Japón, Tormenta cambiará totalmente su aspecto,
adoptando el corte de pelo mohicano con el que aparece en la portada del #186,
y abandonará su capa, su diadema y el traje que venía vistiendo desde su
primera aparición, para adoptar pantalones, chaleco y collar con tachuelas. Han
pasado 8 años desde su debut, y Chris Claremont ha hecho
evolucionar a su personaje desde la ingenuidad infantil, hasta la mentalidad del adolescente que
intenta definirse, consciente al fin de que es dueño de su propio destino, y lo
muestra cambiando su aspecto de manera radical.
Después llega la historia que se cierra en el #186 de
Uncanny X-Men, con el que yo me inicié en los superhéroes, y que representa un
nuevo punto de inflexión en la vida y la personalidad del personaje de
Tormenta.
Todo arranca en el número anterior, en el que
Tormenta acude en busca de Rogue (Pícara), que se unió a los X-Men en el #171,
después de actuar como villana, y que tiene problemas de conciencia por los
crímenes de su pasado, y por haber robado la mente y los poderes de Carol Danvers
/ Ms. Marvel (de nuevo hay que referirse en en el Big Culo Day al Avengers #200,
donde esto sucedía). De pronto aparecen fuerzas del gobierno con la intención
de detener a Pícara, equipados con un arma anuladora de poderes. Tormenta será
alcanzada por esa arma en su intento de proteger a Pícara, y de ahí saltamos
al #186, en el que Tormenta debe afrontar la posibilidad de que no vuelva a poder
hacer uso de sus poderes; de que no pueda volver a volar jamás.
Después de esto, Tormenta decide que no puede seguir
liderando a los X-Men como venía haciendo últimamente, y anuncia que vuelve a
África a reencontrarse con sus raíces.
Y así llegamos al #198, de Octubre de 1985, en el que Barry
Windsor-Smith cierra este arco dedicado a Tormenta que iniciara un año antes.
El título de esta segunda colaboración es “Life Death II: From the Heart of
Darkness”. “Desde el corazón de las tinieblas”, igual que el título homónimo de
la novela de Joseph Conrad que sería adaptada al cine por Francis Ford Coppola
en Apocalypse Now (1979).
En esta historia Tormenta se enfrenta simbólicamente y
oníricamente a sus temores más profundos, y tras ayudar a una joven embarazada,
y conocer la crudísima realidad del poblado de esta, donde la vida tiene un
alto precio, Tormenta renace lista para enfrentarse al mundo con las siguientes
palabras:
“No tengo poderes, mi cuerpo no puede volar. Pero ya no me importa. Porque en mi corazón y en mi alma... donde verdaderamente importa… ¡me elevo más allá de las estrellas!”
Podría seguir hablándoles, como tenía previsto, de más
colaboraciones de Barry Windsor-Smith en Marvel. O de esa “Muerte Viva III”
apócrifa, también de Barry Windsor-Smith, que acabó titulándose “Adastra en
África” y fue publicada por Fantagraphics Books en 1999.
Pero no iba a mejorar esas palabras de Chris Claremont.
2 comentarios:
Tantos culos... Y sólo uno de la etapa de Byrne... Tsch
Con mucho gusto pongo más culetes de Byrne, amigo Necio.
Pero pásame el enlace, porque me ha resultado algo más que dificil encontrar culetes tormentosos. De ahí que haya varios de perfil.
¡Feliz Big Culo Day!
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