Ayer sucedió una cosa extraordinaria en el Festival de
Sitges. La película sorpresa del sábado resultó ser Arrival, a la que aún le quedan varias semanas para ser estrenada
en Estados Unidos. No se ha tratado de un pre-estreno mundial, dado que también
se proyectó en el reciente London Film Festival, pero se acercó mucho.
Ha sido una extraordinaria y grata sorpresa, y también una
de las mejores películas que hemos podido ver este año en Sitges
Arrival se basa en “The
Story of Your Life” de Ted Chiang,
quien ya es uno de los más destacados
autores de la ciencia ficción actual.
Tuve ocasión de leer la historia original no hace mucho, y
si bien no la recuerdo con todo detalle, creo que no me equivoco si afirmo que
se trata de una adaptación que respeta totalmente al original, si no en sus
detalles, sí en su espíritu y en el núcleo de la narración.
Arrival empieza directa al grano, explicando a través de las
noticias de televisión, y desde los ojos de su protagonista, interpretada por Amy Adams, cómo 12 naves de origen
extraterrestre se han plantado en otros tantos puntos de la Tierra.
Las autoridades a cargo de afrontar la situación, en este
caso en Estados Unidos, acuden al personaje de Adams para que les ayude a
comunicarse con los aliens, dado que esta es una de las mayores
eminencias mundiales en cuestiones de lenguaje y comunicación.
Así, la película desarrolla la cuestión de, en caso de
contacto con alienígenas, cómo seremos capaces de comunicarnos con unas
criaturas que serán, presumiblemente, no solo muy diferentes en su aspecto,
sino también, y tal vez más importante, en su forma de pensar y comunicarse.
Como co-protagonista tenemos a Jeremy Renner, que interpreta a un físico teórico que en este caso
se encargará de dar el pie y las réplicas al personaje de Adams y poco más, y cuya elección de casting me
parece uno de los pocos errores de la película dado que cada vez que aparece
en pantalla la figura de Renner me evoca, más que a un erudito, al héroe de acción que ha venido acostumbrándose a
interpretar, llámese este Hawkeye o Jason Bourne.
Aparte de eso, la película no tiene otros fallos, a mi parecer, asumiendo que se trata
de una historia de ciencia ficción más bien dura, sin escenas de acción
destacables, y que yendo de lo que va, mantiene el interés de principio a fin,
mesurando muy bien los momentos en los que se va desvelando la información, sin
hacerse pesada. Al menos para mí, porque más de uno acudirá a ver una película
del tipo Independence Day, y se va a llevar un sonoro chasco, del mismo modo
que se lo llevaron los que en su día fueron a ver Drive esperando otra versión
de The Fast and the Furious.
(Y no es casual que me acuerde de Drive, porque nuevamente,
igual que me pasó con el film que ha catapultado la fama de Ryan Gosling y el
director Nicolas Winding Refn, uno de los mejores films que veo en el Festival
resulta ser el de la sesión sorpresa)
En la historia de ciencia ficción, a propósito de la
comunicación con los aliens, se va entremezclando una historia personal
relativa a su protagonista, cuya importancia no se desvela hasta el final de la
película, cuando se resuelve un giro inesperado de la trama que da sentido a
toda la historia de forma excelente.
Dadas las circunstancias excepcionales de la proyección de Arrival en Sitges, se realizó una
presentación por parte del director del Festival, Ángel Sala, en el que afirmó que para él se trataba, desde luego,
de la mejor película de ciencia ficción del año, y más aún, de la mejor película
del año, a secas; y que le hizo llorar de emoción durante diez minutos. Respecto
a la primera afirmación, entiendo que puede ser muy bien cierto; y si bien
cabría poner más en duda la segunda, resulta evidente que esa historia (aparentemente)
secundaria referente al personaje de Amy
Adams hace que la película adquiera más capas, y pueda perfectamente estar
dirigida a un público más amplio, dado que Arrival
se convierte no solo en una película de ciencia ficción, sino también en una
película sentimental que hace reflexionar sobre algunos aspectos fundamentales
de la naturaleza humana.
Y otro aspecto a destacar, también mencionado por Ángel
Sala, son las excelentes perspectivas que se despiertan respecto a Blade Runner
2, que será dirigida, igual que Arrival, por el director Denis Villeneuve.
Ojalá Arrival funcione en taquilla, y ello le permita hacer las cosas
bien, sin demasiadas injerencias del estudio.
Por los comentarios leídos en las redes sociales, veo que
este segundo aspecto, el de los sentimientos y la moralina que se desprende de
ellos, ha levantado algunas ampollas entre los más cínicos, por obvio y
maniqueo. Y algo de razón tienen, pero teniendo en cuenta la insulsez de los
mensajes que nos mandan la pelis de Hollywood de los últimos años, me parece
bastante injusto criticar un aspecto que no aparece de forma gratuita, sino que
se hilvana perfectamente en la historia que se está contando, y que se quiera
descartar simplemente porque no se está de acuerdo con la elección que de él se
desprende. Muy al contrario, creo que da a la película un ancla para el público
general, y que permite discutir sobre la historia más allá de los aspectos de
pura ciencia ficción que seguramente nos interesarán más a los aficionados al
género.
En resumidas cuentas: Arrival
es una gran película, y una extraordinaria película de ciencia ficción, que
puede ser disfrutada tanto por los muy aficionados al género como por el
público general. La cuadratura del círculo.
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