domingo, 26 de junio de 2011

Paul: el visitante del espacio exterior

Graeme y Clive son dos friquis británicos de libro aficionados a la ciencia ficción que, haciendo realidad una de sus mayores ilusiones, acuden a la convención de cómics de San Diego (San Diego Comics Con) que, para quien no lo sepa, vendría siendo como el máximo encuentro mundial de la cultura popular occidental. Y con cultura popular no me refiero a bailes folclóricos, sino a tebeos, películas de fantasía y ciencia ficción, figuras de acción (no llamarlos muñecos ni, bajo ningún concepto, "juguetes"), superhéroes y últimamente también series de televisión. Vamos, que si no estáis leyendo este blog por casualidad, probablemente ya sabéis de qué va el tema. Así que ahí están los dos, disfrutando de las mejores vacaciones de su vida, y después de la convención propiamente dicha alquilan una casa rodante para dedicar unos días a hacer turismo por las carreteras del oeste americano.


Así empieza la última película protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost.

Otros en su situación probablemente se hubieran dirigido a Las Vegas, a callejear embobados por Beverly Hills o cualquier otro punto de Los Ángeles, o se hubieran acercado al Gran Cañón del Colorado o hubieran acampado en cualquiera de los vastos parques nacionales de la zona... pero Graeme y Clive no lo dudan ni un momento, y se dirigen como flechas a su El Dorado particular: el Área 51. Una vez allí fantasearán como niños con la posibilidad de ver luces fugaces, elucubrarán sobre lo que harían en caso de un "contacto"... y por supuesto no llevarán a cabo nada de eso cuando, efectivamente, contacten con Paul, un auténtico extraterrestre verde, bajito y cabezón que huye del cautiverio al que ha sido sometido durante años por parte del gobierno, y que viene a estrellarse con el coche en el que huía justo delante de nuestros amigos.
Evidentemente Graeme y Clive ayudarán a Paul en su fuga, recogiendo por el camino a Ruth Buggs, una pueblerina de la América profunda que se verá arrastrada en esta aventura contra su voluntad.
Uno esperaría que, a pesar de la premisa absurda, a partir de aquí asistiríamos a diversión de la buena; pero lo cierto es que más allá de algunos chistes groseros, y de unas cuantas referencias más o menos ocurrentes a películas de ciencia ficción, la película no consigue levantar el vuelo, y no saca partido de ninguno de los temas a los que se acerca y que podrían dar mucho juego, pero en los que no llega a profundizar.
Y lo cierto es que dados los antecedentes, no deja de ser sorprendente y realmente decepcionante que Paul no convenza. Como dijimos al principio, Paul cuenta como pareja protagonista con Simon Pegg y Nick Frost, quienes vienen actuando juntos desde la serie Spaced, pasando por la magnífica Shaun of the Dead, y la recomendable Hot Fuzz, parodias respectivas de las películas de género zombi y policíaco. Aquí intentan repetir la jugada con el género de extraterrestres llegados a la Tierra y, como en las otras dos, se respira un aire parecido al que imperava en Spaced, cuyo principal atractivo eran las referencias a los cómics, videojuegos y películas de género. Pero, y aquí empiezan las diferencias, si en Hot Fuzz y Shaun of the Dead los guiones corrían a cargo del propio Pegg y de Edgar Wright, que también las dirigió, en Paul es el propio Nick Frost el que acompaña a Pegg en los guiones, y la dirección corre a cargo de Greg Mottola.
¿Es Edgar Wright el "factor x" que distinguía a Shaun of the Dead y Hot Fuzz, y que se hecha de menos en Paul? Sería hipócrita por nuestra parte decir que no es justo lo que pensamos, pero tampoco se puede negar que Paul recuerda enormemente en su tono a las otras dos y que, simplemente, no está al mismo nivel.


Resumiendo, Paul es una comedia ligera razonablemente entretenida, que puede valer para matar un par de horas de una tarde tonta, pero que no dejará huella más allá de la salida del cine.


A continuación les dejo el tráiler oficial, pero tal vez sería mejor que no lo vieran, porque adelanta alguno de los mejores chistes de la película.
Y por cierto, no se dejen engañar por el cartel si lo ven por ahí: Sigourney Weaver sale tan solo un par de minutos.

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