Es posible que en alguna ocasión, quizás mientras cambiabais de canal esperando que finalizaran los anuncios que interrumpían vuestro programa favorito, os hayáis topado con un episodio de Big Love. También es posible que, tras unos minutos, o tal vez incluso segundos, hayáis decidido que aquello no os interesaba, y hayáis seguido apretando botones. Reconozco que eso mismo, o algo muy parecido, me pasó en una ocasión. Y es que, a priori, Big Love no es una serie que entre por los ojos; los personajes aparecen bien vestiditos, aseados, la casa donde viven está limpia, y hay niños por todas partes. Vamos, que parece una serie familiar como tantas, sin el más mínimo atisbo de riesgo o de romper esquemas: una serie familiar para familias como Dios manda (permítaseme la expresión, pronto se verá que viene muy a cuento). Pues no. Para nada. Big Love es una serie rompedora, sin duda incómoda para muchos, y muy poco recomendable para ver en familia, a menos que los padres estén dispuestos a dar un montón de explicaciones a niños curiosos en la fase de los "por qués". ¿Queréis saber la razón?
El argumento general de Big Love se basa en el seguimiento de una familia mormona contemporánea residente en Utah, concretamente en su capital, Salt Lake City. Hasta aquí todo bien, ¿no? El elemento diferenciador de esta familia, es que se trata de una familia polígama, formada en este caso por un hombre y 3 mujeres (con posibilidad e intención de aumentar el número de ellas), y 6 hijos y contando. La cosa podría quedarse aquí, y ya tendríamos los ingredientes para una serie que podría dar mucho juego, con envidias, recelos, líos familiares de todos los colores... eso sin salir de casa, o del estudio de grabación. Si además añadimos que se trata de una serie de la HBO, cadena que no tiene tapujos en mostrar escenas de sexo (bueno, tener tiene muchos, pero en comparación con el resto de cadenas americanas...), pues además añadiremos los problemas propios del fornicio y de las cosas del querer... euh, físicamente.
Pero además, en Big Love abundan los rodajes en exteriores, y puesto que la familia sale de casa (de las casas, en realidad), también salen sus problemas, que deberán confrontar a una sociedad que no solo se pone bizca ante cualquier matrimonio que implique algo diferente a un hombre y una mujer, sino que además proscribe la poligamia y la tipifica como delito. Por tanto, ya tenemos los líos familiares y los líos sociales.
Pero no se acaba aquí, porque el pater familias, el Sr. Bill Henrickson, es también un empresario de éxito, propietario y gerente de un negocio en expansión de almacenes de material de bricolaje y jardinería, y deberá bregar también con los problemas propios del negocio. Ocultando eso sí, aún a pesar de su imagen pública que incluye grandes carteles con su rostro en las carreteras, que mantiene una relación polígama (poligínica, más exactamente, pero como no creo que esto lo lean muchos antropólogos, lo dejaremos así).
Y aún hay más, porque resulta que el Sr. Henrickson no se levantó un día iluminado por el deseo de ser polígamo (lo cual, por otro lado, les sucede a muchos hombres cada día, pero ese es otro asunto), sino que proviene de una comunidad fundamentalista, donde se ejerce profusamente (aún más, mucho más) la poligamia, siendo uno de los pilares de la variedad de mormonismo que allí practican, y de la que es devoto el Sr. Henrickson y sus tres esposas. Y siendo como son estas cosas de los fundamentalismos religiosos, el líder supremo de la comunidad, conocido como El Profeta, resulta que actúa no sólo como guía espiritual, sino también como dirigente de las vidas y los destinos (y los dólares, por cierto) de su comunidad, repartiendo prebendas, decidiendo castigos a su antojo, y manejando oscuras tramas en los sótanos del poder. Vamos, como una especie de Padrino Corleone, pero con sombrero vaquero, veinte esposas, y afición a tocar himnos con su guitarra.
Así que recapitulando: tenemos líos familiares, unas gotas de erotismo, persecución y ocultación, negocios y dinero, luchas por el poder... ¿A que la próxima vez que os topéis con Big Love, no cambiaréis de canal tan rápido?
Seguiremos informando.
El argumento general de Big Love se basa en el seguimiento de una familia mormona contemporánea residente en Utah, concretamente en su capital, Salt Lake City. Hasta aquí todo bien, ¿no? El elemento diferenciador de esta familia, es que se trata de una familia polígama, formada en este caso por un hombre y 3 mujeres (con posibilidad e intención de aumentar el número de ellas), y 6 hijos y contando. La cosa podría quedarse aquí, y ya tendríamos los ingredientes para una serie que podría dar mucho juego, con envidias, recelos, líos familiares de todos los colores... eso sin salir de casa, o del estudio de grabación. Si además añadimos que se trata de una serie de la HBO, cadena que no tiene tapujos en mostrar escenas de sexo (bueno, tener tiene muchos, pero en comparación con el resto de cadenas americanas...), pues además añadiremos los problemas propios del fornicio y de las cosas del querer... euh, físicamente.
Pero además, en Big Love abundan los rodajes en exteriores, y puesto que la familia sale de casa (de las casas, en realidad), también salen sus problemas, que deberán confrontar a una sociedad que no solo se pone bizca ante cualquier matrimonio que implique algo diferente a un hombre y una mujer, sino que además proscribe la poligamia y la tipifica como delito. Por tanto, ya tenemos los líos familiares y los líos sociales.
Pero no se acaba aquí, porque el pater familias, el Sr. Bill Henrickson, es también un empresario de éxito, propietario y gerente de un negocio en expansión de almacenes de material de bricolaje y jardinería, y deberá bregar también con los problemas propios del negocio. Ocultando eso sí, aún a pesar de su imagen pública que incluye grandes carteles con su rostro en las carreteras, que mantiene una relación polígama (poligínica, más exactamente, pero como no creo que esto lo lean muchos antropólogos, lo dejaremos así).
Así que recapitulando: tenemos líos familiares, unas gotas de erotismo, persecución y ocultación, negocios y dinero, luchas por el poder... ¿A que la próxima vez que os topéis con Big Love, no cambiaréis de canal tan rápido?
Seguiremos informando.
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