martes, 12 de octubre de 2010

Sitges 2010: Fase 7

Cuando Coco y su esposa embarazada de 7 meses (Coco le llama ella cariñosamente) llegan a casa tras llenar el carrito de la compra, se enteran de una noticia que afecta al mundo entero. Sí es cierto que en el camino de vuelta Coco vio algunos comportamientos extraños: gente empujando apresurada carritos de la compra tan repletos como el suyo propio, el vecino que ha equipado su coche como si fuera a la guerra... Bueno, la gente excéntrica abunda en las grandes urbes, ¿no?
Lo cierto es que una epidemia vírica asola el mundo, y se recomienda a la población no salir de sus hogares. ¡Hay que ver! Tal vez debieron comprar más bombillas de repuesto...

Pronto su edificio será aislado por las autoridades, dado que se ha detectado un brote de infección entre los vecinos. En fin... habrá que revisar los víveres, tal vez empezar a pensar en el racionamiento por si la cosa se alarga.
Con el transcurso de los días los nervios empiezan a hacer mella en el ánimo de los vecinos, y parecen estar formándose bandos. La principal preocupación de Coco consiste en asegurarse de que su esposa no se entere de que la situación parece estar complicándose, no fuera que el nerviosismo perjudique el embarazo.
Al final, Fase 7 resulta ser una película bastante divertida, con algunas escenas sangrientas cuando las cosas se salen de madre, pero todo contado desde el punto de vista de una pareja común, sin ninguna ansia de hacerse los héroes, y que tan solo cuando la situación sea claramente grave será capaz de aceptar que el mundo tal como lo conocieron ha acabado.
La historia se desarrolla casi por entero en el edificio, y nos muestra un par de personajes peculiares entrañables.
El principal reclamo de la cinta es la presencia de Federico Luppi, en un papel poco habitual en él, pero en el que encaja a la perfección.

Ficha de Fase 7  en la web del festival.

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