lunes, 11 de octubre de 2010

Sitges 2010: The Last Exorcism

Otra película rodada con la fórmula de falso documental. Otra película sobre niña a exorcizar. ¿Y qué? Si son tan buenas como esta,  por mí pueden seguir haciéndolas tanto tiempo como quieran.

Los referentes son claros, en cuanto a argumentos hay pocas novedades, la forma de filmar ya la hemos visto unas cuantas veces a estas alturas, y sin embargo, ¿por qué me ha gustado tanto? Seguramente porque respira mucha autenticidad, porque está bien filmada, porque las actuaciones son muy buenas, porque la ambientación y la puesta en escena son muy correctas. Si lo haces todo bien, solo puede salir algo bueno de tu trabajo.



La coartada del falso documental consiste en la salida del armario, por así decirlo, de un predicador americano que se gana la vida con su iglesia, pero también sacándoles los cuartos a gentes sencillas que creen que algún miembro de su familia ha sido poseído por el diablo. Sin embargo, al leer la noticia de que una niña falleció durante una ceremonia de exorcismo realizada por uno de sus "colegas", el predicador, llevado por sus remordimientos, decide revelar las técnicas que utiliza en sus propias representaciones exorcistas, y la falsedad que hay tras ellas.

Él y el equipo de filmación acudirán a una granja en algún destartalado lugar de Nueva Orleans, donde el granjero, un beato fundamentalista cristiano, llega al convencimiento de que su hija está poseída por el diablo, y que es la causante de la muerte de varios de sus animales. Por ello requerirá del pastor que realice un exorcismo.
El reverendo Cotton se dispone a realizar la mejor de sus puestas en escena, en esta ocasión con el añadido del "así se hizo" para las cámaras. Pero la que iba a ser su última charada... bueno, ya os lo podéis imaginar.


Y la verdad es que, a partir de cierto punto, la película da bastante miedito. Que es de lo que se trata, ¿no?


El director, Daniel Stamm, presentó la película, y comentó que los productores tenían ciertas dudas respecto al final, temiendo que tal vez no se entendiera. Él les respondió que "tranquilos, si en América no lo entienden, en Europa seguro que sí".  Los productores deben pensar que los espectadores son medio tontos, porque a mí me parece que el final se entiende perfectamente, e incluso que enlaza claramente (casi hasta el punto del plagio) con una de las películas clásicas más conocidas del género. Bastaría con que dijera su título y me cargaría buena parte del interés de The Last Exorcism (sobretodo si digo el nombre con que se estrenó en España, porque vaya tela). Otra cosa será que uno haya quedado tan acongojado por lo visto que se le hayan cortocircuitado las neuronas.



Ah, y también dijo que si nos gustaba la recomendáramos por Facebook, Twitter, y de todas las maneras que se nos ocurrieran. Pero que si no nos gustaba, como decía su productor, "cerrad la puta boca". La intérprete decidió dulcificar los delicados matices de su discurso.



Ficha de The Last Exorcism en la web del festival.


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