jueves, 17 de octubre de 2013

Sitges 2013: Open Grave y The Congress

En este post les hablaré en primer lugar de Open Grave, una buena peli de terror, que no aporta detalles especialmente novedosos, pero que por la forma en que cuenta la historia consigue mantener el interés y la intriga hasta casi el tramo final.

Y a continuación les contaré nuestra opinión y sensaciones respecto a The Congress, que les adelanto que es lo mejor con diferencia que hemos visto no ya en el Sitges 2013, sino en todo el año, y difícilmente se va a ver superada en lo que queda de festival.
Open Grave

Esta película de terror cuenta como cabeza de cartel a Sharlto Copley, quien se hizo conocido inicialmente por protagizar District 9, aunque aquí sale mucho más cachas.

El personaje que interpreta Sharlto despierta en medio de la noche en un gran foso de altas paredes de hormigón, rodeado de un montón de cadáveres que muestran muchas heridas y signos de violencia. Alguien le lanza una cuerda, por la que trepa para llegar a una gran casa, en la que se encuentra con un grupo de varias personas, con las que comparte el hecho de no recordar nada; ni tan siquiera sus propios nombres. Tan solo una mujer, que no habla, parece saber lo que está sucediendo, pero tan solo puede comunicarse escribiendo en un alfabeto chino o japonés, lo que no resulta nada práctico.

El grupo deberá superar en primera instancia los recelos y desconfianzas, dado que no saben de quién son esos cuerpos, ni quién los ha metido ahí.

Comoquiera que no consiguen comunicarse con nadie, deberán apartar sus recelos y adentrarse a investigar los alrededores de la casa, que se halla en medio de un espeso bosque, claramente alejado de cualquier población grande.

No tardarán en descubrir, entre otras cosas, que la mujer que no habla mantiene encadenada en un cobertizo en la espesura a una mujer, que muestra claros signos de demencia peligrosa.

Y así va evolucionando la historia de Open Grave: goteando la información, para que el espectador vaya juntando las piezas del rompecabezas al que se enfrentan los protagonistas.

Siempre, claro está, que el citado espectador no haya tenido la desgracia de leer alguna reseña que cuenta uno de los elementos claves de la trama. Si fuera así, deberá encontrar otra forma de disfrutar de la historia.

Open Grave mantiene bastante bien las incógnitas, si bien el en mundo superinformado de hoy día parece una apuesta algo arriesgada que uno de sus cimientos sea escamotear la naturaleza exacta de lo que ocurre.

En cualquier caso se trata de una peli de terror bien construida, y una buena elección para cualquier amante del género.

The Congress

Película de ciencia ficción con parte del metraje en imagen real y el resto en dibujo animado, protagonizada por una Robin Wright en una esplendorosa madurez física y artística, acompañada en el trabajo actoral por dos secundarios de lujos: Harvey Keitel y Paul Giamatti. Particularmente memorable el monólogo que recita Keitel en cierto momento de la película, en el que cuenta como llegó a hacerse representante de actores; lo que en última instancia le llevó a conocer y trabajar a la propia Robin Wright, que se interpreta a sí misma, o a un trasunto de versión de sí misma que conserva el nombre.
En algún momento de un futuro cercano los grandes estudios de cine, o Hollywood en general, oyen por fin las campanas que anuncian su fin, al emerger una tecnología de animación que permite digitalizar los rasgos e interpretación de cualquier actor, y animarlos en adelante en películas con una perfección de imagen indistinguible de la realidad. Para ello se ofrece a los actores, y a la propia Robin Wright, contratos de digitalización que, entre otras cosas, obligan a los actores reales a no volver a actuar por el resto de sus vidas, de manera que no entren en conflicto con la carrera actoral de su alter ego.

Wright acepta el trato, con la condición de que tenga una validez de tan solo 20 años.

Tras ese periodo, Wright aparece para renovar el contrato, pero muchas cosas han cambiado, y ahora debe introducirse en un espacio exclusivo de animación, instante en el que, como habrán adivinado, se inicia el tramo de película en dibujos animados.
La animación tiene ecos de los dibujos de los Looney Tunes de Tex Avery, o pueden recordar también a la animación de la película Cool World. Al principio no resulta particularmente atractiva, pero según avanzan los minutos se va enriqueciendo, se abigarra, aparecen multitud de elementos, se hace referencial y uno puede jugar a identificar las caricaturas de multitud de personajes o figuras conocidas. Y más adelante, intentar identificar determinadas obras pictóricas. Llega un momento en que tal despliegue visual resulta hipnótico y fascinante. Y lo más importante: no es gratuito, sino que está perfectamente imbricado en la historia, y refuerza a la historia.
La historia dista de ser para niños, y si empieza por ser una parodia o crítica de la forma en que actúan las grandes productoras, deshumanizando a los actores hasta considerarlos simples monigotes, más adelante uno puede entretenerse en buscar sentidos más profundos, tales como el sentido de la vida, donde reside la importancia de las cosas, para qué estamos aquí…

Más que la evolución de los personajes, en The Congress avanza al evolucionar la profundidad de los temas que trata, y la belleza y complejidad de las imágenes.

Espectacular, hipnótica, fascinante, preciosa, subyugante.


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