Desde la primera vez que leímos la sinopsis de esta película, nos moríamos de ganas de verla. Y parece que no éramos los únicos, puesto que la proyección en el Auditori de Sitges obtuvo el mayor lleno al que hemos asistido en esta edición. No es el mayor lleno que recordamos, porque creo que por siempre recordaremos la primera vez que asistimos a una Maratón y tuvimos que acomodar nuestros culos lo mejor posible en un pasillo... y aún así tuvimos que defender nuestra posición.
¿Respondió Apollo 18 a las enormes expectativas generadas? ¡Sigan leyendo!
Nada más empezar la película se nos pondrá en situación, contándonos que, si bien oficialmente la Apollo 17 fue la última misión de la NASA a la Luna, hubo aún otra, la Apollo 18, cuya existencia se ha mantenido en secreto durante más de 30 años... hasta ahora, cuando por primera vez se muestra al público un montaje con las imágenes grabadas en el curso de aquella misión, que se habrían filtrado recientemente no sabemos de qué modo.
A mí ese argumento me parece espectacular, y la frase que acompaña los carteles de promoción es la puntilla que faltaba: "hay una razón por la que no hemos vuelto".
Así pues, esta Apollo 18 se enmarca directamente en el género de falso documental, para bien o para mal. Para bien, en la medida que sirva para aportar verosimilitud. Para mal, en cuanto a que es un modo de contar historias que tiene inconvenientes muy difíciles de esquivar, y que dado que hoy ya nadie (o casi nadie) cae en la trampa, no tiene mucho sentido.
Toda la película aparece con formato similar al de películas de la época, y la ambientación y decorados dan completamente el pego... al menos, para alguien que realmente no sabe mucho de la época, ni ha visto más imágenes de la exploración espacial que las de las noticias y la peli con Tom Hanks.
Quizás se le pueda achacar a la narración que el elemento de intriga tarda quizás demasiado en aparecer, pero cuando lo hace es de forma progresiva y no diré yo que con maestría, pero sí de forma muy bien dosificada y convincente, sin que falten algunas sorpresas.
Como, de nuevo, no podemos explicar mucho más sobre el argumento sin destriparlo, nos limitaremos a decir que a nosotros nos ha gustado sin exageraciones, y aunque hay momentos en que se puede hacer algo monótona, sobretodo por la aridez de los escenarios lunares, al no ser una película larga (menos de 90 minutos) no llega a hacerse pesada.
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